Invierno mio
                   
         El Sr de la Banqueta   
 
 
                     
      Sé que es extraño escribir
a esta hora de la noche, al menos para mi. Mañana debo trabajar, pero mi mente
vaga demasiado en este preciso instante. Mi primer pensamiento es lo que
percibí el jueves pasado por la ventana de mi salón. Era un Sr. Que se
desplazaba con su bastón hasta una banqueta que se encontraba no muy lejos de
el, de hecho, casi que estaba sentado ya en el momento en que mi mirada se
quedo fija e intacta justo queriendo apreciar ese momento. 
Lo
primero que puedes apreciar es la desnudez de los arboles, estos no tienen
pudor en invierno, son osados y en consonancia con los rayos del sol te golpean
con su belleza tan insolente y voraz. Me pregunté que estaría pasando por su
mente en ese instante. Quizás solamente me estoy inventando una película que no
tiene ni pies ni cabeza, pero me obsesiona esa etapa de la vida, en la que
mientras mas te acercas, vas comprendiendo ese ciclo infinito del cual
pertenecemos todos sin excepción. 
Seguramente
desde esa banqueta se sentía poderoso, pues el viento que soplaba, los rayos
del sol que pegaban y esa gelidez que lo abrazaba, lo hacían merecedor del
invierno. Sin miedo alguno a ser osado, así como los arboles que en su desnudez
también abrazan y son partícipes de muchos momentos a lo largo del
tiempo.  
Saul Vega.
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